Estaciones
Hay momentos donde la sensibilidad está a ¡flor de piel! A continuación transcribo dos poesías que escribió mamá sobre el otoño y el invierno. Una vez más estas palabras describen su sentir profundo, lleno de amor y gratitud.
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Otoño
Quisiera esta tarde bendita de otoño
retener sus colores, su brisa, su lluvia...
llevarlos a un cuadro que plasme la dicha
de poder gozarla, sentirla, tocarla...
Quisiera esta tarde bendita de otoño
reflejar mi ensueño por aquello que amo
describir sus gustos, sus gestos, su encanto
que tanto bien hacen a mi alma que rueda.
Quisiera esta tarde bendita de otoño
decirle a los vientos, al campo, a las flores,
gracias por la vida, el amor, compañía,
que hora tras hora enmarcan mi vida.
Ana

Invierno
llegaron muy lejos, hasta el bello mar.
Hojitas traviesas, de tanto jugar
Dejaron las ramas sin ningún color
y ellas cobijan al hermoso sol.
Niñitos felices, jugando también
se quitan el frío de todo su ser.
Echarpes y gorros al viento, tal vez,
regalan colores con mucho placer.
En una gran ronda, sintiendo el calor
se abrazan y bailan con profundo amor
la gente, la nieve, la lluvia y el sol.
Ana

Esplendor
Contemplo el verde intenso
me rodea un cielo inmenso
mi corazón lo palpita
una fragancia suave y fresca
envuelve nuestra existencia .
Un grito de Primavera
en cada gesto se observa...
El esplendor que da vida
se ve, se siente, se palpa
en cada ser de este tiempo
que simplemente lo goza.
Los aromas y colores se
intensifican a diario, los cuerpos
notan el cambio, del brotar que se renueva.
La naturaleza toda se transforma en
lo profundo y se transmite en el alma
del que habita en este mundo.
Ana
